¿Has pensado alguna vez qué hacer si te encuentras a algún familiar en el suelo y no responde cuando le llamas?
La formación en RCP es fundamental de cara a poder salvar la vida de tus familiares y amigos si llegase el momento. Por ello la finalidad de este libro es la de enseñar al alumnado, como pueden colaborar en situaciones de emergencia médica, y convertirles en potenciales salvadores de vidas.
La incidencia de la PCR es muy elevada a nivel mundial. En Europa y EEUU se producen 700.000 PCR-EH. Esto implica que casi 1,3 personas sufren una PCR cada minuto, convirtiéndose en la tercera causa de muerte en el mundo industrializado, más frecuente que las muertes por accidente de tráfico. Se trata de un proceso prevenible. El lugar más frecuente donde se producen las PCR es el domicilio, y hasta el 70% son presenciados por testigos (familiares principalmente). Tan solo el 20% de estas PCR son atendidas por testigos, lo que implica que prácticamente nadie hace nada ante una víctima cuyos pulmones y corazón dejan de funcionar. Estamos hablando de un problema social muy importante, que va más allá de un tema médico.
El tiempo aproximado de llegada de los SEM en grandes ciudades está en torno a los 10 minutos. Pero, ¿quién atiende a las víctimas que han sufrido una PCR durante ese tiempo? VOSOTROS. Porque esos 10 minutos son “los 10 de minutos de oro”, ya que la supervivencia depende directamente de la actuación inmediata. Cualquier persona que puede ser testigo de una situación de emergencia, debe estar formada de manera adecuada para actuar ante estas situaciones. Es decir, toda la población general debe de estar formada.
Parada cardiorrespiratoria (PCR)
Es la pérdida súbita e inesperada de las funciones del corazón y los pulmones, y con ello de la consciencia.
El ser humano, de manera general, vive gracias a que es capaz de respirar (toma el oxígeno del aire a través de los pulmones), y a una bomba (el corazón) que mueve la sangre a través del organismo. Cuando se produce una PCR, desaparece esta función de oxigenar las células: los pulmones dejan de coger el oxígeno del aire y el corazón ya no bombea sangre. Esta situación mantenida en el tiempo, desemboca irremediablemente en la muerte de ese paciente. Se estima que cada minuto que pasa desde el inicio de la PCR, se pierde un 10% de probabilidad de supervivencia, de tal manera que a partir de 10 minutos sin asistencia, prácticamente el 100% de los pacientes no sobrevivirán, y si lo hacen, las secuelas neurológicas podrían ser extremadamente graves. No se nos puede olvidar el lema de “cada minuto cuenta”.
El cerebro es el órgano más sensible a la falta de oxígeno. Tras una PCR se inicia un rápido deterioro celular, de tal forma que en condiciones de normotermia, a partir de 5 minutos de PCR, son muy escasas las posibilidades de supervivencia sin lesiones cerebrales irreversibles (incluyendo el coma vegetativo o la muerte encefálica). De ahí la importancia de nuestra ayuda inmediata. Por ello, hablamos de RCP Cerebral, que consiste en diagnosticar de manera precoz la PCR y asistir rápidamente a la víctima de cara a evitar el daño neurológico. La importancia como testigos de una PCR, radica en la inmediatez en iniciar unas maniobras de RCP dirigidas a restablecer el flujo sanguíneo de manera precoz.
A veces, se hace referencia al término Muerte Súbita (MS), que no es otra cosa que el cese inesperado de la función del corazón o parada cardíaca súbita primaria.
Os presentamos una serie de conceptos que toda persona debe conocer.
Reanimación cardiopulmonar (RCP)
Es un conjunto de maniobras destinadas a sustituir y restablecer las funciones perdidas durante una PCR, es decir, las funciones del corazón y de los pulmones, y con ello las del cerebro.
Una buena formación en RCP, nos proporciona los conocimientos necesarios para actuar correctamente ante una PCR que pueda suceder en nuestro entorno. Hablamos siempre de RCP precoz, con el objetivo de restablecer el flujo sanguíneo y preservar la función neurológica (RCP Cerebral).
RCP transtelefónica
Es la RCP que realiza el o la testigo guiado telefónicamente por una teleoperadora del SEM.
Ante una situación de emergencia incluida la PCR, habrá siempre una persona que va a estar a nuestro lado, ayudándonos y guiándonos: la teleoperadora del SEM cuando llamamos al 112. Mediante una simple frase como, “voy a explicarle unas maniobras que pueden salvar la vida y no van a producir daño”, esta persona puede ayudarnos a salvar una vida aunque esté a mucha distancia de nosotros. La ayuda que nos brinda es doble: por un lado da el aviso a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) móvil para desplazarse al lugar donde se ha producido la PCR; y por otro lado, nos guía en la realización de las maniobras de SVB ante cada situación.
Compresiones torácicas externas
Compresiones sobre el centro del pecho del paciente para comprimir el corazón y bombear sangre al resto del organismo.
Las CTE de calidad es la medida más importante para mantener la función de bomba que se ha perdido durante la PCR. Gracias a ellas la sangre de la víctima sigue circulando. Las CTE tiene preferencia sobre las respiraciones en el adulto; por ello se incorpora un nuevo concepto, y es que se puede realizar RCP con solo CTE, ininterrumpidas sin RR.
Cadena de supervivencia (CDS)
Apertura de la vía aérea
Ante un paciente inconsciente que no respira, descartaremos una causa mecánica de obstrucción de la VA por la caída de la lengua por su propio peso hacia atrás, ocluyendo el paso de aire hacia la tráquea. Realizando esta maniobra, conseguiremos que la lengua se desplace hacia su lugar, desobstruyendo la VA y permitiendo el paso del aire hacia los pulmones. Para ello realizaremos la MFM:
• De rodillas a un costado de la víctima, colocarla rápidamente sobre una superficie firme (no sobre un colchón, etc), tendida “boca-arriba”, retirando de su cuello las prendas que le opriman (corbata, bufanda, camisa abotonada…).
• Colocar una mano en la frente y otra en el hueso del mentón (evitando presionar sobre partes blandas que produciría mayor obstrucción), ejerciendo presión al apoyarnos sobre la frente, y tirando de la mandíbula hacia arriba con la otra mano, provocando un movimiento de cabeza hacia atrás (hiperextensión del cuello), tal y como muestra la imagen. Con ello se desplaza la lengua evitando “se la trague”.
• Caso de encontrar objetos extraños en la VA deberán retirarse, tal y como se describe en el capítulo correspondiente.
Posteriormente, comprobamos si la víctima respira espontáneamente mediante tres sencillos pasos: Ver-Oír-Sentir.
Ver transversalmente si el pecho de la víctima se mueve hacia arriba (si el pecho se hincha la víctima está respirando).
Oír ruidos respiratorios con nuestro oído pegado a la boca de la víctima.
Sentir sobre nuestra mejilla próxima a la boca-nariz de la víctima, el movimiento del aire si ésta presenta respiración espontánea.
Si tras mirar, escuchar y sentir durante NO más de 10 segundos encontramos a la víctima INCONSCIENTE (no responde) y con RESPIRACIÓN ANOMALA (por estar ausente, ser casi indetectable, o agonizante, o tener un patrón ineficaz “boqueando”), o ante la duda, asumir que no respira y que está en PCR. Solicitar ayuda al “112” y comenzar de inmediato RCP-B.